Antena 3: Una ofensa a la telebasura

Más basura que tele, pero bueno:

No soy ningún adicto a la droga televisiva pequeña pantalla: creo que ya no se hacen grandes series como Friends o Frasier, y las que eran buenas, como Aquí No Hay Quien Viva (o La Que Se Avecina, que es lo mismo), Aída, House o Los Simpson,están perdiendo toda su frescura (no es para menos después de 18 temporadas).

Por supuesto, también hay series buenas, como Heroes o Prisonbreak... Demasiado buenas, a mi juicio, porque, para bien o para mal, uno cuenta con conexión a internet, y uno no es de piedra: las nuevas temporadas me las ví hace como medio año. Sí, en bajísima definición y en inglés, en ocasiones ahorrándome hasta los subtítulos. Por eso, para cuando llegan a La Sexta o a Telemadrid (o, en su defecto, otra autonómica), ya es demasiado tarde, y no monto ningún drama por perderme el episodio para la semana.

Como consecuencia, sólo hay una serie que estaría dispuesto a seguir desde el televisor, fielmente y sin reparos: Smallville. Y entra otra vez el problema de la programación: los de La 2 son tan condenadamente estúpidos que no dejan de cambiar su horario y, por si fuera poco, cuando lo cambian no avisan, y condenan a esta serie a las peores franjas horarias de la historia.

Me hizo mucha gracia enterarme de que llevaban dos semanas emitiéndola todos los días de ocho a nueve... Así es imposible: uno pierde el hilo, que ya de por sí es complicado, así que hace como un año que me rendí.

Con este panorama, no es muy difícil criticar al sector, pero hay cadenas que se llevan la palma. Por supuesto, cuando digo cadenas me refiero a Antena 3.

Desde hace unos años, la programación de Antena 3 ha ido empeorando progresivamente hasta llegar a hacerla vomitiva.

Un día cualquiera, lo primero digno de mención que nos encontramos es la amarilla familia, ya a las 14:00. Sí, la serie es buena... Pero llevan unos diez años repitiendo la misma fórmula, con los mismos episodios... Si me lo propusiera, estoy convencido de que podría aprendérmelos de memoria, sólo poniendo Antena 3 de vez en cuando. Por supuesto, tampoco me molesta demasiado: me basta con no verlos, y aunque sea triste, sigue siendo la mejor opción a esa hora, si no queremos ver informativos en cualquier otro canal. Lo que sí me molesta es que a Cuatro, por ejemplo, la crucificaron hace dos años por repetir Friends (una serie, en mi opinión, mucho más elaborada y mucho menos sobreexplotada que Los Simpson).

Seguiríamos con las Noticias, a las 3, pero éstas se merecen su propio blog... Luego iré con ellas.

A las 4, Lalola. Es una serie tontísima en la que el prota (Lalo) un buen día amanece sin pito y se vuelve Lola. No se puede esperar mucho de una serie de sobremesa, pero la campaña publicitaria que llevan de esta serie es tediosa: día y noche estuvimos (y aún seguimos) oyendo en Antena 3 anuncios de Lalola: Lalola por aquí, Lalola por allá... ¿Todo eso por una serie de sobremesa?

Hasta las 9 no hay nada destacable, ni por bueno, ni por malo, y más noticias...

Y finalmente, a las 10:30, diversas cosas... La Peliculilla (porque de peliculón no tiene nada, la verdad), Dónde Estás Corazón (no en los directivos de Antena 3, por supuesto), sesiones maratonianas de Los Simpsons (llegando a dedicarles 3 horas los domingos), "Sabes más que un niño de Primaria" (programa que podría ser bueno si no se notara a la legua que es un tongo).

Al menos lo realmente malo de esta cadena ya ha sido erradicado: programas como uno que creo que se llamaba algo así como "Segunda Oportunidad", en el que un feo cualquiera iba al programa, se dejaba fotografiar desde todos los ángulos para evidenciar lo feo que era, y era sometido a unas cuantas intervenciones de cirugía estética, dando a entender que el resultado era poco menos que una mejor persona.

(aprovecho para mostrar el tongo de "sabes más que un niño de primaria" en una fotografía "Antes-Despues", del estilo que usaba este superficial programa... Se nota un auténtico progreso en materia de camuflaje...)

ESO SÍ ES SUPERFICIAL: una genial manera de negar la realidad de que la belleza reside en el interior, y todavía mejor para quedar genial delante del público, a lo "Mira si soy bueno que he hecho de este adefesio una persona casi digna".

Y otro programa que se dedicaba a explotar las vidas ajenas emitiendo juicios reales, violando por completo el derecho a la intimidad de los "participantes" y sacando a la luz sus trapos sucios, convirtiendo un juicio normal en todo un culebrón, morboso y despiadado... Por desgracia ya hay cosas peores con el maravilloso polígrafo.



Por último, vayamos a la joya de la corona: vamos a las noticias; ese espacio que no ha dejado de reportar beneficios a Antena 3 en los últimos tiempos, y que hasta hace poco eran los informativos líderes en audiencia. Ignoro si siguen siéndolo, aunque supongo que no, porque ya me he acostumbrado a que cada vez que consiguen algo, empiecen a echarse palmaditas a sí mismos: un espectáculo penoso:

"Qué bueno soy, qué guapo soy, cómo me cuido... Soy la caña de España, la polla con cebolla, llevamos un mes más siendo los más seguidos; deberíamos hablar con Benedicto XVI, a ver si nos monta una estatua el la plaza de San Pedro..."

Llevan mucho tiempo sin darse palmaditas en la espalda, lo que me hace suponer que las cosas ya no van tan bien (de eso sí que no nos mantienen informados, así que mira si son majos).

Por si fuera poco, y en contra de la aparente respuesta de la audiencia, creo que los informativos de Antena 3 son, con mucho, los peores.

No es ningún secreto que los medios manipulan la información como les da la gana: plantar en el periódico que una noche se tuvo que cerrar pacíficamente una discoteca por exceso de decibelios, no vende tanto como plantar que una discoteca llena de radicales completamente borrachos tuvo que ser desalojada por los antidisturbios, saliendo corriendo al no poder oponer resistencia.

Pero Antena 3 se lleva la palma: sea la noticia que sea, te la encontrarás cien veces más exagerada, porque si no, no vende.

Hace tres o cuatro años comenzó la fiebre adolescente de dar palizas a los compañeros y grabarlas con el teléfono móvil. Esa información es el tipo de información que sobra. Hasta entonces, yo no había presenciado, ni visto, ninguna agresión de ese tipo. Sin embargo, parece ser que los jóvenes tampoco vivimos tan alejados de la realidad, y bastó que tres subnormales vieran los informativos para que la fiebre de dar palizas y grabarlas se extendiera por todo el país.

Otro pequeño ejemplo, menos serio, pero que me llegó hasta la médula: yo acababa de cumplir ocho años, e iba a celebrar mi cumpleaños el 11 de mayo (o tal vez fuera el 7, no estoy seguro). Para aumentar el drama, mi padre (con toda su buena intención del mundo, para ayudarme a distinguir entre anuncio y realidad) me había dicho que todo lo que aparecía en las noticias era verdad. Sería en torno al 28 de abril, tal vez un poco después, que oí a la simpática presentadora decirme claramente, mientras recogía la mesa:

"Y, señoras y señores: el 11 de mayo llega: El Fin Del Mundo"

...

...

...

Se pueden imaginar mi reacción de desesperación. Lo recuerdo perfectamente, y aún hoy siento escalofríos: me caí al suelo de rodillas, mientras grité un "¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO!" que debió oírse en todo el edificio. Resultó que la noticia no trataba del fin del mundo (lógico), sino de un eclipse solar normal y corriente.

Esa es la manera que tienen los de Antena 3 de dar las noticias; para que luego vengan y se promocionen diciendo: "Antena 3: cuestión de confianza".