Cómo conocí a vuestra madre

Esta comedia que se empezó a grabar en 2005 y que ya ha llegado a la tercera, no sin problemas, debido a la famosa huelga de guionistas que se cargó unas cuantas series (Prisonbreak, Heroes...). Se habla de llegar a una séptima temporada, para mostrar a Ted Mosby (Josh Radnor) en el año 2030 contándoles a sus hijos una parte muy importante de su vida. Dado el título de la serie, no hace falta abrirse la cabeza para saber qué historia va a contar.

Por ello, Ted se remonta a la ciudad de Nueva York en 2005: cuando sus compañeros de piso Marshall Eriksen (Jason Segel) y Lily Aldrin (Alison Hannigan) se prometen. Esto hace ver a Ted que necesita comprometerse, y comienza una incansable búsqueda por la chica definitiva, a pesar de los intentos de su amigo Barney Stinson (Neil Patrick Harris) por convertirlo en alguien como él: elegante, divertido y completamente incapaz de mantener una relación de más de una noche. Es así, en el bar MacLaren's, como Ted conoce a Robin Scherbatsky (Cobie Smulders), y queda completamente seguro de que será ella la madre de sus futuros hijos... Lo cual nunca ocurre.

Sin embargo, lo interesante de la serie no es su planteamiento, sino (al menos para mí) su paralelismo con una de las grandes a la hora de desarrollarse las escenas: un grupo de amigos en Nueva York, cada uno con una personalidad muy distinta, en una serie que se desarrolla principalmente en sus apartamentos o en el bar.

Por supuesto, me refiero a Friends: una de las comedias de más éxito de la historia de la televisión. Detenidamente se pueden llegar a ver parecidos entre algunos personajes.

Barney, por ejemplo, es el equivalente a Joey Tribiani: aunque Barney tiene éxito en su trabajo y Joey resulta ser un fantástico actor sin trabajo, ambos tienen muy clara su actitud hacia las mujeres: cuantas más, mejor. El caso de Barney es más exagerado, ya que resulta ser una persona mucho más superficial: mientras Joey también se preocupa de sus amigos y, aunque es un poco estúpido, tiene un gran corazón; Barney tiene como único objetivo encontrar nuevas técnicas y perfeccionar el arte de la seducción. Como curiosidad, también comparte algo con Chandler Bing: sus amigos no saben a qué se dedican.

Por ser el más peculiar, resulta también el más gracioso. Aunque es el menos relevante en la trama de la serie, ésta sin él carecería de sentido, ya que son suyas algunas frases que con el tiempo pueden llegar a ser como el "¿Cómo va eso?" de Joey, un "handymooor" de Chiquito... En más de una ocasión me habría gustado poder decir la palabra "legendario" como si no fuera de Barney.

Joey y Barney: tal para cual.

También hay otro par de personajes de Friends: Chandler y Monica, cuya relación se ve reflejada en la de Marshall y Lily.

Mientras que Marshall, no es demasiado especialito: es fan de Nessie (no llamar "monstruo"), abogado, y le gustaría dedicarse en un futuro a defender los intereses medioambientales aunque teme acabar prestando sus servicios al mejor postor. Lily es una profesora de guardería que se dedica a la pintura en su tiempo libre. Es esta afición por el arte la que les hace separarse durante un tiempo. Ellos forman exactamente el tipo de pareja que le gustaría tener a Ted: empezaron a salir cuando estudiaban y no se han separado desde entonces.

¿Marshall y Lily o Monica y Chandler? En ambas series se refleja el triunfo de la vida en pareja.

Esto se opone radicalmente a las relaciones de Ted, fundamentalmente con Robin, que no comparte con él la necesidad de formar una familia o de contraer matrimonio. Por eso podemos llegar a, en algunos casos de soltería crónica como la mía, plantearnos si nuestra forma de buscar lo que necesitamos en el otro sexo es la adecuada. Unos pueden ver que no van a encontrar a "ese alguien especial" si se están cerrando a verlo aunque no lo sepan; otros pueden considerar el hecho de tener más paciencia en su búsqueda desenfrenada; y otros simplemente deberían sentirse afortunados de haberla encontrado: es una serie que puede hacer pensar a todo aquel que la vea, y ese es parte de su encanto.

 

Es muy pronto para decir nada, y el listón está realmente alto: muy probablemente "Cómo conocí a vuestra madre" no llegue a ser un antes y un después en la historia de las comedias televisivas. Seguramente nunca llegue a levantar pasiones en todo el mundo, ni su último episodio sea emitido por las calles de Nueva York... Pero es una serie que recomiendo a cualquiera a quien le gusten las sitcoms, porque ésta aporta un aire fresco al género; y especialmente se la recomiendo a los fans de Friends, que, como yo, tienen mono de más.